miércoles, 12 de noviembre de 2008

Música Latinoamericana


Es frecuente que la generalidad del público extranjero (europeo, norteamericano, o de cualquier otra parte), asocie un estilo de música latinoamericana presentada como folklor andino por distintos grupos que viajan por esos países, a la tradición musical popular de nuestros pueblos indio-mestizos, rural-urbanos. En realidad, existe una buena distancia entre la una y la otra. La "música latinoamericana" que se hizo muy popular en el mundo a partir de la década de 1960, no representa toda la inmensa variedad musical de nuestro sub-continente; aquella inspirada en el llamado folklor andino, si bien presenta admirables ejemplos de arreglos y adaptaciones de piezas genuinamente creadas por nuestros pueblos indio-mestizos, expresa también un nueva estética, tanto en lo musical, como en lo discursivo. Las melodías y letras de las composiciones nuevas de estos grupos, si bien toman elementos de cultura tradicional andina, han resultado en una nueva música, más bien urbana, y en amplios sentidos, transnacional. Esa vocación de integración en un horizonte musical común, no niega que los grupos, unos en mayor medida que otros, hayan tenido una búsqueda orientada a fortalecer una identidad musical nacional. La movida ha sido intensa, ha producido constantes recreaciones y fusiones, y no pocas veces, malentendidos sobre la autoría u origen tradicional de muchos temas.
A mediados de la década de 1950, grupos de Brasil y Argentina, así como de Paraguay, comienzan a llegar a Europa y a hacerse bastante populares; los grupos argentinos en particular, llevaron arreglos de temas tradicionales populares de la zona andina (anónimos, o con poca información sobre los autores), y también composiciones propias inspiradas en esta música. Gracias a su calidad creativa e interpretativa, despertaron pronta aceptación y admiración en el público europeo. Acaso el grupo más emblemático de este proceso fué Los Incas fundado por Jorge Milchberg (que adoptó posteriormente el nombre Urubamba). En 1963 hicieron popular el Cóndor Pasa; algunos años después, a fines de los 60, este tema fué un hit mundial en la interpretación de Paul Simon. Poco después la familia de Daniel Alomía Robles demandó y logró el reconocimiento de los derechos de autor correspondientes. Otros grupos importantes de esos años son Los Laikas (músicos bolivianos asentados en Argentina), Los Calchakis (músicos de Argentina y Chile); están también Uña Ramos, Tomás Lipán, etc.
En la década del 60 se suman grupos chilenos que cantaban canciones de protesta social inspiradas en el folklore andino regional no sólo en un amplio bagaje de géneros, sino en la instrumentación que hasta esos tiempos, no formaba parte sustancial de su tradición musical popular (quenas, charangos, sikus, etc.). Es el fenómeno ampliamente conocido como la Nueva canción chilena, en el que notables artistas como Violeta Parra, Patricio Manns, Víctor Jara, grupos como Quilapayún, Inti Illimani, Los Jaivas, Illapu, entre muchos otros, dieron forma a un fenómeno musical que trascendió fronteras debido a la coyuntura política interna de Chile y a un escenario internacional conmocionado por el golpe asestado al régimen popular de Salvador Allende. También trascendió por el notable talento de estos músicos no sólo para arreglar, sino crear temas a partir del folklore no sólo chileno, sino peruano, boliviano, argentino y latinoamericano en general, y dar a sus letras un contenido poético y contestatario que caló hondo en un continente agitado de sueños, ansias de cambio y panamericanismo; la Nueva Canción Chilena fue un fenómeno que aunque inserto en el horizonte de la "música latinoamericana" de esos años, tuvo características muy particulares. El proceso político cubano y la Nueva Trova cubana también calaron hondo en la misma dirección. Durante los años 70 y 80, la mayoría de estos artistas tuvo que exiliarse, lo que sirvió para seguir difundiendo con éxito su música y enriquecer su repertorio.
En los años 60 también surgen grupos folkóricos en Bolivia que han llegado a ser conocidos mundialmente. Los más emblemáticos son Los Kjarkas, que en sus inicios estaban influenciados por la música argentina (zambas, carnavalitos...); de esos años también son famosos Los Payas. Otros grupos emblemáticos en Bolivia, un poco posteriores (años 70's), son Savia Andina, Rumillajta, etc. Estos grupos han mostrado un estilo propio boliviano, dentro de lo "latinoamericano". Ecuador también ha dado muy buenos grupos: Ñanda Mañachi, Los Cuatro Del Altiplano, Imbayacuna, etc.
En el Perú, este movimiento también se dió extendidamente, pero sin la misma fuerza protagónica de países vecinos, las razones de ello no han sido objeto de mayores estudios. Las condiciones específicas de las políticas culturales durante los gobiernos militares de los 70, el receso generalizado en la promoción de la música popular en los años 80 debido a la crisis producida por la guerra interna, y en particular, la secular división entre música académica y música popular en nuestro medio, pueden dar parte de la explicación . Celso Garrido-Lecca, que formó parte del movimiento de la Nueva Canción Chilena (vinculado muy de cerca al grupo Inti Illimani), quiso traer su experiencia al Perú, pero no encontró un campo lo suficientemente propicio. Aun así, sacó adelante por algunos años el grupo Tiempo nuevo. Otros grupos peruanos de este tipo, son Los Uros del Titicaca, Puka Soncco, Alturas, Vientos del Pueblo, Los Inkas, Wayanay inka, Wayanay, Chopkjas, etc.// Marcela Cornejo

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